Instrucciones para encender una cocina de leña: haciendo fuego a la antigua usanza
Bienvenidxs a nuestro blog 'rural life' donde nos gusta descubrir las maneras más eco-vintage de vivir en armonía con nosotros mismxs y nuestro entorno.
En las últimas semanas ha llegado a nuestros oídos una alarmante noticia, el 80% de los jóvenes no saben encender fuego de manera tradicional y el 90% de los que lo han intentado han terminado con niveles muy elevados de cortisol abandonando en su tentativa. ¿Qué nos está pasando? Hemos de reconocer que muchos avances tecnológicos han facilitado sin duda nuestras vidas (o sea, las chimeneas eléctricas, estufas de pellets,...) pero son demasiados los jóvenes que nunca han visto una cocina de leña y muchos menos los que hemos probado a alimentar a una Lacunza cuan dragón medieval con madera natural y un fósforo ¡muy crazy! Es por ello que nos ha parecido top compartir con vosotrxs unas instrucciones básicas para que cualquiera pueda probar los beneficios de hacer fuego a la antigua usanza, el último grito entre nuestras celebrities más rural hipster.
Os dejo por aquí los MATERIALES que vamos a necesitar:
- Pauiños (palitos)
- Un poco de paja o cartón (un nido de pájaro vale también siempre y cuando no los tengamos que desahuciar)
- Mixtos o fósforos (o sea, cerillas, son unos minipalillos con una cabecita rasposa habitualmente azul o rojiza y vienen dentro de en una cajita pequeña de cartón) Nosotrxs vamos a utilizar la marca Tres Estrellas.
- Leña (son trozos de madera de árbol con su corteza y todo)
Vamos allá con las INSTRUCCIONES:
Antes de proceder recuerda que toda la madera que vayas a usar debe de estar muy seca. ¿Esto quiere decir que no esté mojada? No, quiere decir que aunque no esté húmeda no nos vale la leña verde, esto último es lo mismo que decir 'recién cortada'. Mi abu solía decir 'leña verde e xente nova todo é fume'. Ten en cuenta antes de empezar que deberás comprobar que el cenicero esté suficientemente limpio y el tiro (como una minibandeja de hierro con tirador inserta en la pared) un poco abierto; en su punto medio nos asegura que no se ahogue ni el fuego ni tú.
Busca un tronco de leña de tamaño medio a poder ser con parte de su superficie algo plana (por algún hachazo o por su propia fisionomía) para que quede ésta hacia arriba. Coloca el leño dentro de la puertecita situada sobre el cenicero, justo en el medio (si lo introduces muy al fondo te será complicado generar el fuego y por el contrario muy hacia delante se te pueden churruscar las pestañas y bye bye extensiones forever) Ahora, con cuidado vamos a poner nuestro nido de pájaros (sin pájaros) o nuestro puñado de paja y/o cartón hecho un ovillo sobre la superficie lisa del leño. Al rededor de esta madejita vamos a empezar a construir un tippie, sí, has oído bien, ¡un minitippie de pauiños! Se parece un poco a aquel juego de madera tan rustic donde ponías y quitabas bloquecitos de madera apilados unos sobre otros con mucho tino y pulso para no tirar la torre. Pues algo así. Apoya tu primer palito sobre tu nido y poco a poco construye tu tipi en torno a tu madejita de hierba seca. Cuando lo tengas es momento de coger los fósforos. Abre la cajita deslizando el cajetín de cartón interior de la parte exterior que lo rodea. Coge una cerilla, cierra la cajita nuevamente y cuando estés listx, deberás pasar la cabeza rasposa (la de la cerilla digo) con firmeza y rapidez por la franja exterior de la caja de mixtos, como si subrayaras los apuntes de la carrera pensando en tu ex. Si no tienes éxito a la primera no deberás desconsolarte, forma parte del proceso de elaboración tradicional y aunque no hay ningún botón rápido que active el calor de inmediato, te aseguro que el resultado es muy cálido y gratificante. Cuando consigas encender la cerilla introdúcela con mucho cuidado a través del tippie para prender su interior. Los palitos finos de tu tippie de casa de muñecas comenzarán a arder (puede ser un ritual muy sanador si te traumatizaron con muñecas de pequeña, para mejores resultados puedes pintar los palitos de rosa).
- Pauiños (palitos)
- Un poco de paja o cartón (un nido de pájaro vale también siempre y cuando no los tengamos que desahuciar)
- Mixtos o fósforos (o sea, cerillas, son unos minipalillos con una cabecita rasposa habitualmente azul o rojiza y vienen dentro de en una cajita pequeña de cartón) Nosotrxs vamos a utilizar la marca Tres Estrellas.
- Leña (son trozos de madera de árbol con su corteza y todo)
Vamos allá con las INSTRUCCIONES:
Antes de proceder recuerda que toda la madera que vayas a usar debe de estar muy seca. ¿Esto quiere decir que no esté mojada? No, quiere decir que aunque no esté húmeda no nos vale la leña verde, esto último es lo mismo que decir 'recién cortada'. Mi abu solía decir 'leña verde e xente nova todo é fume'. Ten en cuenta antes de empezar que deberás comprobar que el cenicero esté suficientemente limpio y el tiro (como una minibandeja de hierro con tirador inserta en la pared) un poco abierto; en su punto medio nos asegura que no se ahogue ni el fuego ni tú.
Busca un tronco de leña de tamaño medio a poder ser con parte de su superficie algo plana (por algún hachazo o por su propia fisionomía) para que quede ésta hacia arriba. Coloca el leño dentro de la puertecita situada sobre el cenicero, justo en el medio (si lo introduces muy al fondo te será complicado generar el fuego y por el contrario muy hacia delante se te pueden churruscar las pestañas y bye bye extensiones forever) Ahora, con cuidado vamos a poner nuestro nido de pájaros (sin pájaros) o nuestro puñado de paja y/o cartón hecho un ovillo sobre la superficie lisa del leño. Al rededor de esta madejita vamos a empezar a construir un tippie, sí, has oído bien, ¡un minitippie de pauiños! Se parece un poco a aquel juego de madera tan rustic donde ponías y quitabas bloquecitos de madera apilados unos sobre otros con mucho tino y pulso para no tirar la torre. Pues algo así. Apoya tu primer palito sobre tu nido y poco a poco construye tu tipi en torno a tu madejita de hierba seca. Cuando lo tengas es momento de coger los fósforos. Abre la cajita deslizando el cajetín de cartón interior de la parte exterior que lo rodea. Coge una cerilla, cierra la cajita nuevamente y cuando estés listx, deberás pasar la cabeza rasposa (la de la cerilla digo) con firmeza y rapidez por la franja exterior de la caja de mixtos, como si subrayaras los apuntes de la carrera pensando en tu ex. Si no tienes éxito a la primera no deberás desconsolarte, forma parte del proceso de elaboración tradicional y aunque no hay ningún botón rápido que active el calor de inmediato, te aseguro que el resultado es muy cálido y gratificante. Cuando consigas encender la cerilla introdúcela con mucho cuidado a través del tippie para prender su interior. Los palitos finos de tu tippie de casa de muñecas comenzarán a arder (puede ser un ritual muy sanador si te traumatizaron con muñecas de pequeña, para mejores resultados puedes pintar los palitos de rosa).
Una vez que los palitos colapsen generando un fuego pequeño sobre el leño semiliso deberás coger un unos palitos más gruesos y colocarlos con cuidado sobre el fuego. Si pones muchos a la vez puedes ahogar el fuego. Si observas que la llama se estabiliza puedes colocar un tronco mediano procurando no ponerlo sobre la llamarada sino un poco hacia el lateral para que el fuego lo toque pero se mantega oxigenado. Si aún no te has dormido sobre las anillas de hierro de nuestra cocina bilbaína has de saber que deberás repetir este último paso cada hora más o menos -esto dependerá de lo abierto que tengas el tiro- de lo contrario el fuego morirá.
Lo guay de este método tradicional de calor es que si ves que sale mucho humo, en vez de salir corriendo como de una cita mala en Tinder puedes simplemente abrir un poco el tiro y dejar que los malos humos salgan por la chimenea, esto permitirá la entrada de aire fresco al fuego manteniéndose así el calor de nuestro hogar sin necesidad de intoxicarnos. Sé que es algo sacrificado, necesitamos mucha paciencia porque precisa delicadeza, esmero y tiempo, pero creo que la calidez especial de esta forma de cocinar calor merece el sacrificio de oler un poco a hogueras de San Juan.
Antes de terminar os quisiera recordar en highlights algunas de las ventajas de hacer fuego en una cocina de leña a la antigua usanza:
1º ¡Es totalmente ecofriendly! puedes reusar cualquier árbol muerto que tengas por casa y como lo tenemos que trocear con un hacha pues te quedas como la Teniente O' Neill o Thor en un periquete.
2º Es muy mindfulness contemplar el chisporroteo del fuego, absolutamente relajante. Verás como tus niveles de serotonina comienzan a elevarse si practicas este método tan trendy con regularidad.
3º La comida preparada en una cocina de hierro bilbaína es lo más delicioso que probarás jamás. Te lo súper recomiendo si estás haciendo una dieta Paleo o de Slow-food.
Si te gusta este post porfa dale a like, síguenos en nuestro canal de YouTube 'rural life' y suscríbete en la campanilla.
Antes de terminar os quisiera recordar en highlights algunas de las ventajas de hacer fuego en una cocina de leña a la antigua usanza:
1º ¡Es totalmente ecofriendly! puedes reusar cualquier árbol muerto que tengas por casa y como lo tenemos que trocear con un hacha pues te quedas como la Teniente O' Neill o Thor en un periquete.
2º Es muy mindfulness contemplar el chisporroteo del fuego, absolutamente relajante. Verás como tus niveles de serotonina comienzan a elevarse si practicas este método tan trendy con regularidad.
3º La comida preparada en una cocina de hierro bilbaína es lo más delicioso que probarás jamás. Te lo súper recomiendo si estás haciendo una dieta Paleo o de Slow-food.
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See ya’!
Con este manual, no se me va a resistir ninguna cocina de leña… me encanta 🤩
ResponderEliminarGracias! Espero que el calor de tu hogar continúe con la acogedora e inigualable atmósfera que aporta el fuego hecho con madera natural, dedicación, cariño y paciencia.
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