A lo largo de los años, décadas ya, he cultivado en mi jardín todo tipo de árboles y arbustos, ornamentales y frutales, setos y trepadoras, verduras, frutos secos y bayas. Hoy puedo decir con orgullo que tengo un jardín precioso, y donde mis más allegados se asombran y deleitan no solo con su hermosura estética -mérito de la naturaleza- sino con el sabor puro y orgánico de mis fresas y almendras, naranjas y nueces, bayas de Goji y manos de Buddha.
Hubo un día dónde ví con claridad el potencial de mi huerta cuando era solo un montón de tierra de labranza sin cultivar. Visualicé entonces mi jardín y lo trabajé como un proyecto de paisajismo, con escuadra y cartabón, herramientas propias de las mentes alfanuméricas. Con mucho vigor y pasión pasé la retobato, aboné el sustrato, y cuidé cada día de mi tierra arcillosa. Poco a poco vi como en un terreno yermo crecían los árboles. Cada día me levantaba esperanzada, y acariciando la corteza de mis árboles les daba uno a uno los buenos días: “que ganas de que crezcas fuerte, cobijarme en tu sombra y saborear tus frutos”.
Para quienes no estéis familiarizados con los cuidados en horticultura os diré que se precisa de muchas horas de amor, delicadeza, atención, mimo y… recursos. Mi vecina tiene todos los atributos anteriores salvo esto último, posibles, todos sus recursos económicos los dedica al pago del alquiler de su ‘hacienda’ de modo que no le queda más dinero para proteger a sus frutales de las inclemencias y plagas, sobreviven así, 'a pelo', al más puro estilo Darwiniano y si algunos arboluchos la palman, es porque eran a todas luces unos loosers de la vida. En realidad la tierra nunca fue de quien la trabaja, Emiliano, solo de quien tiene el fusil para auto-proclamarla suya. Mi vecina es usufructuaria, y debería dar gracias que le dejan el terreno para cultivar algo que llevarse a la boca... La comunidad jornalera (instigada por sus patrones al más puro estilo Trump at Capitol Hill, June 6th) le siguen insistiendo a Remedios en que debe invertir en un invernadero, que con eso se terminarán sus males. Yo le digo que se piense si quiere dejarle ya amueblada la huerta a su amo, y entonces me mira con cara de incomprensión y lástima: "¿no se enteró que no estamos hablando de muebles, sino de invernaderos...?"
Cierto es que se necesitan medios para resistir los envistes de la naturaleza. Qué suerte la mía que nací en el lado soleado de la tierra y pude invertir.
Invertí en bridas y tutores para que mis pequeñitos 'árboles-bebé' no se doblegaran y partieran al paso de las tormentas estacionales (las cuales eventualmente se convirtieron en perennes…). Invertí en lonas de retención de calor para que mis delicados arándanos disfrutaran de su temperatura adecuada para crecer gorditos y colorados. Invertí en abonos orgánicos, porque creo firmemente en las virtudes de la fruta sin pesticidas químicos para nuestra salud. Invertí en materiales para elaborar celosías por las que las trepadoras pudiesen crecer como reclama su naturaleza. Estudié minuciosamente las condiciones de todo jardín para poder ubicar óptimamente a cada especie, adecuándome a sus necesidades de sol, sombra, humedad y Ph del sustrato. Invertí en una podadora y un buen cicatrizante y también en estudiar el momento más adecuado para realizar las podas de formación y de saneamiento. No todos los árboles tienen la misma parada vegetativa, algunos has de podarlos en otoño, otros en invierno, otros en primavera. Invertí también en trampas para hormigas que trepan por el tronco de los árboles en primavera portando enfermedades a la floración y por tanto dañando toda producción antes incluso de que el fruto sea fruto.
Al cabo de 10 años mis árboles estaban frondosos, con copas vigorosas, hojas verde brillante, troncos firmes y majestuosos pero no terminaba de cosechar sus frutos. Después de tanta paciencia nepalí, y un goteo constante de inversión en seminarios de horticultura, fertilizantes, estimulantes y sólo Dios sabe qué más, no lograba comprender cómo podía ser que mis árboles sanos y vigorosos, perfectamente ubicados y cuidados se llenaran de flores pero la fruta desapareciese de la noche a la mañana. ¿Sería una alimaña? ¿algún pajarraco? ¿un jabalí? ¿un canal de topos destrozando las raíces? Me pareció oportuno compartir mis inquietudes con otra vecina, Remedios, quien como yo llevaba años trabajando con dedicación su jardín.
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Compañera, ¿cómo va tu cosecha? ¿se logran tus frutos?
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No, que va. No hay, y los que hay han de tratarse con
pesticidas, así va mucho mejor. Hay tantas plagas y tantos rollos… que si los trato con orgánicos pierdo el tiempo y el dinero.
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¿Mejor? La poca fruta que tienes ¿la tratas con pesticidas? y eso ¿para quién dices que es mejor? qué raro esto que me dices ¿no?
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No, no es raro, ahora hay más
plagas que nunca y son culpa del tiempo. Ahora hay cambio climático y ante eso no hay nada que hacer.
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Pero yo les pongo lonas de calor cuando hace frío…y trampas a las hormigas… y pulverizo las hojas ante los pulgones verdes y demás
parásitos de la fruta de hueso. Y veo como todo brota, y las abejas lo polinizan. Veo las flores pero no veo el fruto. ¿No te parece raro?
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Igual es la Santa Compaña. En cualquier caso no sé para qué te molestas tanto, ahora la salida está en la venta al por mayor y la agricultura extensiva. Yo le vendo toda mi fruta y verdura a una intermediaria.
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¡Qué me dices! La calidad de tus cultivos podrías venderse en restaurantes de Estrella Michelín. ¿Por qué se lo das a ellos?
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Es lo que hay. Es más mira Esperanza, ha decidido poner su terreno a
subasta e irse a Almería a la recolecta de la fresa. Te pagan
el jornal y te olvidas de perseguir y atacar plagas. Allí cortas fresa-recolectas fresa, cortas fresa-recolectas fresa, cortas fresa- recolectas fresa.
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¿Tu te has leído
‘Las uvas de la ira’ the Steinbeck? "He estado pensando en qué pasaría si nos pusiéramos todos a gritar"
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¿Cómo dices? Si eso va de métodos de exterminio de la Filoxera en la vid, cuéntame más, sino no me hables de literatura que ahora eso no nos vale para nada. Tanto estudiar, tanto estudiar...
- Como la filosofía, que no tiene 'salida'...¿no? Anda Reme, ten buena tarde. Y recuerda ponerte la mascarilla mientras usas la sulfatadora, no termines ingiriendo ese veneno...
Regresé a mi tierra más desconcertada de lo que me fui. En ese punto de la conversación no me pareció relevante ya preguntarle sobre los
hombres de negro que venían por la noche a nuestros hórreos y graneros como hacían otrora los del tricornio a mi bisabuela, quién no tenía las herramientas para protestar cuando
los de verde le levantaban con un palo las enaguas ni cuando le llevaban el trigo como diezmo preventivo por posible ocultamiento de rojos. Pero ya se sabe, el cambio climático es lo que tiene y es lo que hay. Lo mismo que dice Iberia cuando hay tormenta de nieve y no te reingresan tu dinero. Pero la Ley es la Ley, inamovible porque lo que no es legal es el anticristo (o delito o pecado, como el aborto)
Me senté unos segundos observando mi hermoso jardín y no pude encontrar refutamiento válido para todo cuanto mis ojos alfanúmericos veían ante ellos. Sólo pude en la más inmensa de las soledades mirar
la vida que recorría la sabia de mis árboles y suplicarle ayuda a la
Pacha Mama porque sus hijos 'labregos' están extenuados y sus huertas vigorosas
sin frutos ni esperanza. Y no es por falta de invernaderos, sino por por
exceso cuervos, como los de Hitchcock que atacan en manada, o el
Raven the Edgar Allan Poe que vuelve loco al más sabio. Estos
animales del inframundo son quienes roban las cosecha por la noche, en la cobardía que ofrece el camuflaje nocturno; después se las comen en la oscuridad que encierran sus plumas, sin pedir permiso, como el ave carroñera, y dejan un rastro evidente sólo visible para aquellos que
observan el suelo por el que caminan. Llené entonces mis pulmones de aire puro queriendo sentir la vida por mi torrente sanguíneo y al exhalar acepté con
resignación el vacío en mi hórreo, con más
dolor el vacío del granero de mi alma y abracé con
frustración la tesis de
Voltaire, ‘cultivè votre jardin’
Que os jodan con 'no hay nada que hacer contra el cambio climático', no es un fatum griego, no se genera sólo. Y que os den también con la tierra prometida de Canaan, no existe, y si existiera no sería en los campos de Almería ni en ese cielo vuestro, por más que peregrines de rodillas y bajes la cabeza una y mil veces aceptando el yugo. Canaan es sólo un anuncio navideño de Coca-Cola y se lo ha bebido hasta el apuntador.
Ahí os dejo a la señora griega responsable del cambio climático porque lo que es verdad es verdad, y sabido es por todos que "estos son los datos, y sólo suyas son las conclusiones" -dijo Chaplin en 'The Great Train Robery' (¿sabéis que eso no lo dijo Chaplin verdad? ¿y que en realidad no estoy hablando de mi huerta ni del cambio climático no?)
¿Sabes que tenían en común Emiliano Zapata y el POTUS Abraham Lincoln? Piensa. Si lo averiguas te lo digo ;)
“The dogmas of the quiet past are inadequate to the stormy present. The occasion is piled high with difficulty and we must rise with the occasion. As our case is new, we must think anew and act anew. We must disenthrall ourselves, and then we shall save our country.” -Abraham Lincoln.
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