Y llegó el sí quiero...Pero ¿y yo qué quiero?

“Cuando era niña soñaba con casarme con mi príncipe azul, alto, rico, guapo y con una boda con mucho brilli-brilli…” 

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En realidad sólo soñaba con que llegara el viernes para poder trepar hasta la copa de los naranjos en la casa de mi abuela y ver desde allí las vistas a la ría mientras esperaba ansiosa los gritos de mi madre:

-      ¡MissLuces! ¡Bájate de ahí ahora mismo, hombre-ya! que te vas a matar. Ay Jesús, qué paciencia con esta chiquilla… que nos ha salido trepadora como un monito, hijo.

Ya de jovencita sólo quería recorrer el mundo y salvarlo de sus injusticias. Y de adulta asumí que mi manera de ver la vida no era muy compatible con ningún hombre que hubiera conocido; hasta que mi persona favorita apareció y, un soleado día de otoño, debajo de mi naranjo predilecto nos quedamos abrazados en silencio y me dijo despacito al oido: “MissLu, me haría muy feliz tenerte como compañera de vida, ‘¿quieres que nos casemos?” y sin quitar su mirada de la mía, separó despacito de mis dedos la manga lanuda de mi chaqueta y me puso muy delicadamente un arete hecho de una pequeña rama de sauce llorón entrenzada. Imposible pensar en una mejor alianza.

Nunca había imaginado mi propia pedida porque de por sí siempre me había parecido un triste convencionalismo al que todos parecemos sucumbir sin plantearnos ¿por qué tiene que ser así? ¿Pero por qué se arrodilla? ¿Por qué el y no ella? ¿Por qué el amor se mide en el tamaño y talla de una piedra transparente por la que millones de personas –con los pies en el fango- son explotadas y a veces asesinadas? Qué paradoja que algo así represente un sentimiento bello… Las paradojas de no pensar y dejarse llevar en la rueda de hamster. Me pregunto si Hollywood y la histríonica cultura de las ‘american weddings’ importada con premeditación y alebosía tendrán algo que ver en todo esto… hmmm…

Pues bien, la gente me tranquilizaba con aquello de ‘nada, tú una vez que encuentres el sitio lo demás ya va rodando’ Y más que rodando, va volando, el dinero digo. Pero no hay de qué preocuparse, nosotros sólo queremos una celebración íntima, simbólica, y un fiestecilla después con algunos familiares y amigos, sencillo, “sin volvernos locos y listo”.

JÁ, ¿SENCILLO DICE? CON LA INDUSTRIA DE LAS BODAS HEMOS TOPADO. Agárrate los ovarios que vienen curvas:

§  Quiero una celebración pequeña, sólo con la gente que me importa de verdad:

Después de recorrer una docena de Pazos llegamos a la conclusión de que ningún establecimiento quiere celebraciones pequeñas. Cuando les dices el número de comensales primero te miran con cara de

-       “Ohhh, qué pobres son que no pueden invitar a sus 200 amigos íntimos de Fecabook… Pero mirad chicos, ¡mirad este bello salón de 1.000 hectáreas acristalado que tenemos aquí! podría ser vuestro…- Lo peor es que te lo dicen esto último con la cara ‘Maleficent’ o la ‘Reina Grimhilde’ de Blancanieves y pese a haberles dicho que quieres algo más íntimo, te enseñan el salón gigante- Pero si no os gusta este excepcional salón tenemos una opción B…-cara de melancolía-”

(¡Brillante! Separando el grano de la paja, la chusma de la realeza, ¡esto sí es marketing del bueno! pero claro, cuando te enseñan la catacumba que te tienen preparada “para los que queréis hacer algo más íntimo” pues se te queda cara de Penélope Cruz en ‘Dolor y Gloria’ de Almodovar al ver su cuevita, y preferirías envenenarte antes que celebrar allí algo que no fuera un funeral)

-       ¿Pero cuál es la manzana envenenada MissLuces?

-       ¡¡Pues que te imponen un canon!!

-       ¿un qué?

-       UN CAAAAANON… es que no estás puesta, de verdad… yo te resumo, para que no elijas las preciosas catacumbas te dicen que por hacerlo en ese saloncito les tendrías que compensar con un canon de 2.000€ y que casi te sale más rentable subir los invitados a 130 y hacerlo en el grande sin canon.  Parece salido de ‘Una mente maravillosa’… Ponte cómoda, esto es sólo un suma y sigue:

§  Un sábado, ¡clinchi-clinch! +1.000€

§  A partir de mayo, ¡clinchi-clinch! +5.000€ por cuota de buen tiempo, como un impuesto al sol ¿sabes? que te lo tienen allí reservado y eso, quieras que no, les come recursos que no veas. Bfff, no hay tendido de Iberdrola que te aguante tanta reserva solar.

§  Las flores a parte, que ellos ya te ponen el suelo y las mesas, la mantelería que te la traiga la tía Toñi y que tu madre se enrolle con la vajilla de la abuela, que la ocasión lo vale.

§  El Dj hasta las 22:00, que hay vecinos.

-       ¡¿pero si estamos en el medio del monte al lado de un río?!

-       Estamos muy concienciados con los ciclos reproductivos de las truchas y la ‘rever’ le va fatal a las huevecillas.

 Además por un miserable monto de 25.000€ ellos no pueden hacer más; y ándate con ojo que no te aparezca a media tarde Ramoncín demandando su cacho de cake.

§  No olvides la fotógrafa, “¿alguna foto molaría tener no?” Pues toma paquete molón: que si dron (WTF, no me caso en el Himalaya…), que si posado dos semanas antes, que si posado dos semanas despues en una playa de Ko phi phi, que si la sesión del día de la boda mientras te vas poniendo las braguitas, que si suplemento de nocturnidad… y ahí va otro ¡clinchi-clinch! +3.000€

§  No te olvides la comida, que esto es España my friend y aunque ya no puedas más después del coctail y no sea comprensible meterte entre pecho y espalda 3 platos más -con su sorbete entre medias-, postre, café y licores, ¡tú dale! ¡clinchi-clinch! Que si sobra, lo tiran al bidón de orgánico, don’t worry. Ahhhh, que eres voluntaria en un banco de alimentos… Bueeeeno mujer, un día de despilfarro es un día. Tu amortiza la barra libre ¡clinchi-clin! +3.000€ “Cariño, emborrachar a tus amigos nos sale más caro que irnos al Caribe”

-       Pero amable señor@, por el amor del cielo, díganos en cuánto queda la celebración...

-       ¡No-te-lo-digoooooo! ÑañaÑaÑaaaaaña…Calcúlalo tú, además te va todo SIN IVA -que a tí te sobra el tiempo, novia-holgazana-.

§  ¡Leñe! ¡Que hay que ir vestidos! ¡clinchi-clinch! + 2.500€ (nosotras, ellos más baratito…) Esto si que es divertido, igualito que en ‘Say Yess to the Dress’… Las de la tienda que no comprendes que puedan tener voz aguda y nasal al mismo tiempo, que sólo ves vestidos de muñequita de tarta nupcial de los 90, y que claro, si quieres una onda bohemia guapa al estilo californiano de Anna Campbell pues pagas “la onda californiana” con otros +1.500€. ¡Clinchi-clinch! Y si pensabas hacerte en el pelo un moñete sencillo, te recomiendo que un día cualquiera vayas con una foto de un recogido y les pidas que te lo hagan, pasarás por caja y tan feliz. Pero como se te ocurra mecionar la palabra mágica que hace que los billetes se inflen como un pez globo

-       “bo… bod…. –ay, no puedo, que me pongo nerviosica…- bodorr… boda....¡CLINCHI-CLINCH!

El mismo moñete de 30€ se convierte milagrosamente en ¡300€! Qué fantástico de verdad. Que fluir… (de billetes); la inflación española comenzó en un negocio de bodas.

En resumen, que estoy pensando que por el sinsentido que cobran por este paripé industrial que rezuma a aceite de palma cerebral, nos vamos a casar a las Bahamas. ¡Que viva el amor! (y la piña colada al sol)

Y si te manejas en inglés, ¡no te puedes perder este video!