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Instrucciones para encender una cocina de leña: haciendo fuego a la antigua usanza

Bienvenidxs a nuestro blog ' rural life ' donde nos gusta descubrir las maneras más eco-vintag e de vivir en armonía con nosotros mismxs y nuestro entorno.  En las últimas semanas ha llegado a nuestros oídos una alarmante noticia, el 80% de los jóvenes no saben encender  fuego de manera tradicional y el 90% de los que lo han intentado han terminado con niveles muy elevados de cortisol abandonando en su tentativa. ¿Qué nos está pasando? Hemos de reconocer que muchos avances tecnológicos han facilitado sin duda nuestras vidas (o sea, las chimeneas eléctricas, estufas de pellets,...)  pero son demasiados los jóvenes que nunca han visto una cocina de leña y muchos menos los que hemos probado a alimentar a una Lacunza cuan dragón medieval con madera natural y un fósforo ¡muy crazy ! Es por ello que nos ha parecido top compartir con vosotrxs unas instrucciones básicas para que cualquiera pueda probar  los beneficios de hacer fuego a la antigua usanza, el últim...

¿Y si hacemos una guerra de flores?

8:00 de la mañana. Empiezo el día con tostadas y café recién hecho.
Mis pies, aún algo torpes, me conducen a una reconstituyente ducha de agua caliente, y un pensamiento fugaz atraviesa mi cabeza: qué suerte esto de darle a una pomo de acero inoxidable y que, como por arte de magia, salga agua caliente. Me sentí afortunada mientras me secaba la cabeza con una toalla.



Como cada mañana conecto la radio hasta salir por la puerta. Tal vez esperando algo nuevo con lo que desayunar informativamente. Poca suerte. Otro día histórico; y en efecto 2017 se ha convertido en un año convulso que será juzgado por la Historia. Pero mientras desayuno y escucho los matinales radiofónicos, no puedo evitar hacerme un sin fin de preguntas. Pareciera que estuviéramos todos perdiendo de un modo profundo y visceral la perspectiva sobre todo lo que nos rodea. Sobre lo que está bien y lo que está mal. Sobre lo grave y lo no tan grave. Sobre lo que es dramático y sobre lo que no es tan dramático. Como dicen los americanos, perdiendo de vista the big picture.


Vaya por delante que la fractura social entra la actual Cataluña y el resto de España es una herida que lleva abierta años y se ha salpimentado con sendos discursos nacionalistas ("¡rompen España!" - "¡España nos roba!") e infectado con una gran irresponsabilidad y demagogia política; será una herida que nos estaremos lamiendo durante décadas. Pero ¿estamos perdiendo acaso la perspectiva de los problemas actuales? Me pregunto si la cuestión catalana no se está convertido en un parapeto político. ¿Interesa realmente solucionar la cuestión de Cataluña o es el perfecto instrumento distractor en la España de hoy? Si no hay antihéroe o personaje antagónico (contrapuesto a), ¿cómo puede existir la figura del héroe? Y desde luego, si no hay héroe, ¿hay heroicidad?


Viendo una entrevista de Mamen Mendizábal al portavoz de ERC Gabriel Rufián, me preguntaba si tanta información en los medios no termina por rizar el rizo, y si volviendo sobre la interminable búsqueda de quién es el más malo, el más antidemocrático, el más anticonstitucional, el más antisistema..., si arroja acaso todo esto algo de luz hacia una solución o si simplemente es una "guerra" en la retaguardia, donde unos y otros se lanzan al uso perverso del lenguaje, hacen su llamada militar para que sus fieles agrupen filas y rezan o claman por que no les salga políticamente el tiro por la culata. 
En los últimos meses, ciudades de todo el país llenaron sus fachadas y balcones con banderas españolas. Qué bonito sería, por otro lado, poder usar la bandera todo el año y no como elemento arrojadizo o instrumentalizado. Desconozco si quienes las cuelgan son simpatizantes conservadores o liberales, de derechas o de izquierdas, pero desde luego se ha conseguido ensalzar un sentimiento: una bandera que delimita una frontera territorial y moral ente el "nosotros" y el "ellos". Eso sí, Cataluña es una coincidente pero oportuna cortina de humo para no hablar de un sinfín de problemas existentes en nuestro país, que son muchos y diversos.
Qué tremenda paradoja que quien pastorea al rebaño es el lobo, y las ovejas lo siguen como al flautista de Hamelín.
(...)
Termino mi café y aún escucho el matinal de fondo. Creo que todas esas preguntas se me hacen más pesadas en mi cabeza al recordar el debate de unas jornadas a las que había asistido el día anterior con los fotoperiodistas de conflictos armados Juan Medina y Javier Bauluz. En plena ebullición de la cuestión catalana, allí no se habló de Cataluña. Se habló de un drama humano. Un drama que tiene lugar en la puerta de nuestra casa - a las puertas de Europa- que es la lucha por la vida humana de quienes, por casualidad, nacieron en un país menos favorecido y a quienes, en muchas ocasiones, se les niega su derecho a la vida por cuestiones políticas e intereses económicos.



Viendo los vídeos y fotografías de personas con nombres y apellidos, muchos de ellos médicos o ingenieros, recordé una anécdota que me sucedió hace ya algunos años. Era yo activista de una ONG la cual recogía firmas por solventar la peor crisis de refugiados de nuestro país, momento coincidente en el tiempo también con la mayor crisis económica de España. Una mujer a la que me acerqué me increpó: ¿recogéis firmas para salvar a los refugiados? ¿y por mi hijo que está en paro por la crisis? Si no hay trabajo para nosotros, ¿como va a haber trabajo para ellos?. Y yo le respondí: - señora, yo también estoy en paro, y lo que sucede en España me mueve igualmente y me toca en primera persona como comprenderá, pero no se trata de elegir, se trata de que lo que sucede en el mediterráneo es inhumano. Está mal. No debería suceder y Europa no hace nada.

Juan Medina habló de la xenofobia, y también de la idea de Patria y cómo la existencia de este concepto lleva en muchas ocasiones implícita una carga de supremacía sobre "el otro". Otra vez la idea del "nosotros" versus "ellos". Pues bien, "ellos" también fuimos nosotros otrora, y viene bien a veces recordarlo, porque son seres humanos los que mueren cada día en nuestros brazos. Ellos no tienen la suerte de poder sentarse en una cafetería a hablar de Cataluña, ni de sobre si un señor llamado Puigdemont está en Bruselas o comiendo lentejas con su abuela, porque muchos no pueden pensar en otra cosa que no sea huir de las balas que sobrevuelan sus casas o de buscar una porque la que tenían ha sido derribada por un misil de los paramilitares o guerrilleros de su país. Como dijo el señor José Mújica no se trata de que sean de otro país, se trata de que son de nuestra humanidad.


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