Ir al contenido principal

New!

Instrucciones para encender una cocina de leña: haciendo fuego a la antigua usanza

Bienvenidxs a nuestro blog ' rural life ' donde nos gusta descubrir las maneras más eco-vintag e de vivir en armonía con nosotros mismxs y nuestro entorno.  En las últimas semanas ha llegado a nuestros oídos una alarmante noticia, el 80% de los jóvenes no saben encender  fuego de manera tradicional y el 90% de los que lo han intentado han terminado con niveles muy elevados de cortisol abandonando en su tentativa. ¿Qué nos está pasando? Hemos de reconocer que muchos avances tecnológicos han facilitado sin duda nuestras vidas (o sea, las chimeneas eléctricas, estufas de pellets,...)  pero son demasiados los jóvenes que nunca han visto una cocina de leña y muchos menos los que hemos probado a alimentar a una Lacunza cuan dragón medieval con madera natural y un fósforo ¡muy crazy ! Es por ello que nos ha parecido top compartir con vosotrxs unas instrucciones básicas para que cualquiera pueda probar  los beneficios de hacer fuego a la antigua usanza, el último grito entre nuestra

Generación del 80: Relaxing cup of 'café con leche' desde Berlín

Somos muchos los que hemos escuchado aquello de “estudia una Carrera, hij@, para tener un futuuuro–urooo-urooo” (eco, eco, eco….). Y qué hicimos, pues estudiar una carrera, pero bueno, quien dice una carrera, dice dos y un master con prácticas en el extranjero, pero va, nada, lo normal de una generación de vagos que sólo quieren vivir de sus progenitores. Malditos Ninis... 
Cuando terminas la carrera -la primera digo- supongamos que es allá por el año… 2010, por aquello de licenciarte Cum Laude. Y cuando estás apunto de dar botes de alegría porque por fin vas a empezar a ser independiente económicamente… ¡¡¡ZAS!!!!! un rayo cegador procedente de un misterioso e interespacial agujero negro (o de no se qué lugar negro, caja negra, temas muu negros, la bruja Lola o algo con negro) convierte tu título -y todos los demás papelitos con sellos dorados y firmas con Montblanc- en… ¡¡un saquito de humo!! ¡Hey! ¡Enhorabuena!!… ¡¿Pero a qué viene esa cara? ¡No tienes que buscar trabajo! ¿¿no sabes por qué?? ¡Porque no hay trabajo! 

       
Lamento ser yo quien te comunique que tu cara de gato de Shrek no va a hacer que nadie te convalide tu recién adquirido 'saquito de dióxido de carbono' por nada útil, pero ojo, si te haces colega de Rodri Rato lo mismo te lo cambian por una Black de las de Caja Madrid y todos happy...
       
Entonces una autoridad rectoral te explica con voz grave, estilo Joaquín Estefanía, como funciona el mundo y piensas que todavía hay luz al final del tunel: “Es una crisis estructural, es lo que hay, estudia otra carrera, o hazte autónom@”; te lo cuentan como si de una catástrofe natural se tratara -y por inclemencias meteorológicas, España, como las aerolíneas, pues no se hacen cargo- “No hay nada que hacer” A lo que ingenuos de nosotros respondimos: “Claro, pffff, tirao, ¡por qué no! total la pensión del abuelo ¿para qué la quiere, no? Que avaricioso, está ahí todo el día, venga, venga a lo loco comprando pastillitas, ¡vicio puro eh! Te lo digo yo, un enganchao el tío... El taca-taca es por dar pena, ni caso si te suelta lo de la operación de cadera. Una tapadera. Y entonces le dices aquello de "Abuelo, que nos venimos a vivir contigo, que así puedo seguir estudiando". (En ese momento te acercas rapidito al yayo y le facilitas su mascara de oxígeno, ok?)
       
A esto de seguir estudiando nuestros queridos progenitores lo llamaban “inversión en educación”, igualito que invertir en preferentes salió la cosa. ¿Y qué hicimos al acabar la carrera? Pues chupar horas de prácticas en empresas de cualquier país del mundo como campeones, como quien acumula horas de vuelo. Pero ahí, marcando la diferencia ¿eh? que no se diga que después en España no nos contraten por no saber inglés (pero el inglés que aprendí yo con mi beca en EEUU debe de ser de otra ‘región’ distinta a donde lo aprendió Rajoy… ¡¡ay pero que tontiiiii!! si Rajoy aún tiene pendiente el español…

      
En fin, el caso es que a los españoles nos encanta coleccionar; somos muy coleccionistas, coleccionamos de todo: títulos universitarios, cartas de recomendación… y quien dice eso dice dinero de otras personas, empresas pantalla, jets privados, jaguares en gajares,... –pero al combustible invitas tú, ¿va? que hacienda somos todos, no seas cutre, verás que así Montoro le dice a Méndez de Vigo que se enrolle con tu beca-  Como dirían los hawaianos ‘Shaka Brah!!’
        
En definitiva, después de media década comiendo comida procesada en EE.UU. y acumulando estalactitas en insólitos rincones de tu cuerpo por moverte por distintos países de Europa en bicicleta a 5 grados bajo cero, un pensamiento te invade -mientras intentas, claro, no morir atropellado por un tram en pleno casco histórico, conduciendo la bici con una mano, porque en la otra llevas con poco éxito y glamour el paraguas con el que intentas protegerte la cara del viento gélido y la nieve que golpea tus ojos (¿¿Vosotros sabéis cómo llegan las chicas europeas maquilladas al trabajo?? Lo mío era rollito KISS…)-. A lo que voy, la reflexión es: OH MY GOD, pero si tengo 30 años, qué c…. hago yo aquí? Si os está pasando esto, aunque sé que es un momento de crisis vital y muy confuso, estad tranquilos, Fátima Báñez tiene una respuesta tranquilizadora para todos los expatriados (te lo explico con mis palabras por si no entiendes los cultismos de Fati): “Tú estás en el extranjero porque te gusta hacer turismo todo el año” A lo que si quieres le podemos responder:
        
Fati, (es que es colega),  querida, yo voy en bicicleta a trabajar en Alemania en invierno porque es super trendy cool la hipster wave, no porque el abono de tren sea crazy caro ni porque no me lo pueda permitir con mi trabajo de bussiness woman que me da para pagar el alquiler de una habitación de 3x2m en Berlin. Que fuerte tía, eso es de super working class. Fati y Lomana no son compiyoguis… 


Comentarios